FIESTA DE TABERNÁCULOS 2022 / Nuestro Testimonio!

Ya pasaron casi tres semanas de lo que fue el inicio de uno de los momentos más esperados, más anhelados de este año 2022. Todo comenzó en el corazón de Dios, al regalarnos un momento especial entre hispanohablantes que, hace ya un tiempo, tenemos el deseo de conocer y proseguir conociendo a nuestro Dios (Óseas 6:3) para que venga a nosotros como la lluvia. ¡Y qué mejor deseo es este, que recibirlo en sus tiempos! (Zac. 14:16-17)

Cuando iniciamos nuestro viaje, allá por Junio de 2022, el primer objetivo fue juntarnos con quienes compartimos esta hermosa tarea de compartir la Palabra, nuestros amigos y hermanos de la fe: Daniel Bernhardt y Roberto Kalbermatter. Ambos nos recibieron en sus hogares, y compartimos momentos únicos. No es lo mismo verse las caras por videollamada, que encontrarse personalmente. Y es hermoso cuando lo que nos une no es solo la tarea ministerial, hay amistad entre quienes coordinamos, entre nuestras esposas, ¡familias enteras unidas con el mismo propósito! Esto, es un verdadero milagro. La reunión que tuvimos fue para delinear varios aspectos del encuentro, pero sobre todo el lugar. Había que buscar el lugar, y junto a mi esposa emprendimos la tarea de encontrarlo partiendo de tres principios rectores: cercanía para todos los hermanos que estamos en la fe Padre-Hijo a lo largo de toda la Argentina, con comodidades para realizar los encuentros en caso de lluvia, y por último, tal vez el más difícil, que sea administrado por cristianos o para fines cristianos.

Quienes nos han acompañado, y nos han recibido desde un principio de nuestro viaje, han podido corroborar que, en cada parada que hicimos, estuvimos buscando un lugar para el encuentro. Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe… y llegamos a Córdoba. En cada lugar, con oración, y mucha búsqueda, nos dimos a la tarea junto a mi esposa y hermanos locales muy queridos de buscar el lugar que Dios ya tenía preparado para nosotros. Por alguna razón, todo apuntaba hacia Córdoba, pero aún no sabíamos donde… ¿Villa Carlos Paz? ¿Alta Gracia? ¿Mina Clavero?

Habremos recorrido más de 30 lugares solo en estas ciudades, o más, incluso en algunos lugares pudimos charlar y dejar materiales de la fe. Hasta una mujer estaba interesada en participar, se auto-invitaba al encuentro, fue maravilloso!

Con Santiago y Patricia, de Villa Carlos Paz (Córdoba, Argentina), quiénes nos acompañaron en la bus

Volvimos cansados de tanta búsqueda, hasta que Santiago (el hermano que nos está alojando junto a su esposa Patricia en Villa Carlos Paz, es más, mientras estoy escribiendo esta historia, nos encontramos por gracia de Dios nuevamente en su hogar, pero con otro propósito, con varios diríamos! Ya les contaremos). Volvamos. Hasta que Santiago nos comentó de un lugar cristiano, evangélico, bautista, que se encuentra para el norte de la provincia, por el Valle de Punilla: Villa Bautista Thea (en un principio, yo escuchaba “Villa Atea” y me reía, un lugar ateo para realizar el encuentro. Pero no, estaba escuchando mal, es Thea, un personaje ilustre de la zona, un ingeniero de finales de siglo XIX). Cuando nos dijo, fue un domingo por la noche, yo le dije: “¿Por qué no habremos empezado por allí? Si la idea era buscar un lugar cristiano”. Pero hacía falta todo el recorrido, hacía falta ver todo lo demás, para quedar deslumbrados por lo que Dios tenía reservado para el final.

Llegar el lunes por la mañana al lugar de retiro preparado por la Iglesia Bautista, fue realmente un placer. La ruta provincial 38 nos recibió con niebla, pero la niebla no pudo tapar el imponente paisaje que se abre a lo largo del pintoresco camino. Ingresar al lugar de lo que sería el encuentro, abría en nuestra mente las posibilidades que prestaba el predio: un salón enorme de usos múltiples, con espacio para niños. Un comedor para almorzar juntos. Todo un predio para disfrutar de la tranquilidad, para hacer deportes, para charlar frente al arroyo. El alojamiento, no se podía pedir más: habitaciones cómodas, con calefacción, una cocina de uso compartido, al igual que el baño en muy buenas condiciones. Pero lo más importante, fue el trato cristiano que recibimos por parte del administrador y del cocinero, siempre dispuestos a colaborar en todo lo que necesitábamos. Un verdadero placer. Dios abrió las puertas del país, de la provincia, y del predio bautista para que una iglesia, organizada de forma virtual, reunida a lo largo y ancho del país, pueda tener un encuentro organizado, como nunca hemos visto en otros momentos de nuestra vida. Esta linda aventura empezaba a tomar forma.

Ahora, fue poner a prueba nuestra fe: ¿para cuántos haríamos el encuentro? Había que reservar el lugar, ¿carpas o habitaciones? ¿Pagamos por el almuerzo, o cada uno se cocina? Fueron las primeras de unas tantas preguntas que nos fuimos haciendo, donde se iba poniendo a prueba nuestra fe. Al final, creer en la promesa y avanzar en los sueños de nuestro Padre celestial, fueron abriendo caminos. Hoy por hoy, estamos totalmente conformes con las decisiones tomadas, pero créanme, fueron todas muy, pero muy difíciles de tomar, con mucha oración. Dicen que por sus frutos lo conoceréis… Ahora es sencillo, con el diario del día después, pero fue una aventura emocionante avanzar creyendo, solo por fe. Y valió la pena, totalmente, valió la pena.

¿Y quiénes participarían del encuentro como exponentes? Aquellos a los que Dios fue colocando en nuestro camino, y estaban en la misma sintonía, con dones preciosos utilizados para la causa de nuestro Padre. Dos predicadores extranjeros se animaron a venir y compartir, algunos con toda su familia, pero todos haciendo un sacrificio enorme de viajes y fe. Hubo quienes aceptaron nuestra invitación a participar de la fiesta luego de haber recibido nuestra visita en su hogar, de habernos abierto las puertas de su casa y congregación. No estábamos todos en la misma sintonía al principio, pero la lluvia espiritual fue tan, pero tan grande, que pudimos presenciar milagros asombrosos en materia de fe al finalizar el encuentro. Todo el sacrificio, todo el riesgo, valió la pena pasarlo. Y lo volveríamos a pasar otra vez. Es que la verdad de la Palabra de Dios es tan grande, tan fuerte, tan poderosa, que uno termina perdiendo el miedo a todo. Esa convicción de creer y avanzar en sus promesas, y no en las nuestras, de juntarnos para orar, para pedir la dirección constante de nuestro Padre en cada predicación, de reunirnos previo a cada estudio para charlar, para compartir, se veía reflejado en quienes tuvimos el privilegio de compartir, y en quienes estuvieron participando del encuentro.

No vemos la hora de participar en un próximo encuentro! Queremos más de esta lluvia, queremos más de este espíritu! ¿Cuándo será el próximo encuentro? Sea cuando sea, lo queremos pronto. ¿Pascuas de 2023? ¿Qué dicen? ¿Y Tabernáculos del año que viene? Estaría buenísimo, ¿verdad? ¿Y ambos encuentros, como el que tuvimos, participando juntos? Genial, ¿Verdad? ¿Y varios encuentros así, en toda la Argentina, y en toda Sudamérica: Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia… se imaginan? Wow! Que esta bendición se siga multiplicando. Volvemos a recordar estos encuentros, y solo podemos agradecer a Dios por abrirnos tamaña bendición.eTs

Nos vemos prontito! En un próximo encuentro, y en una próxima publicación.

Dios sea con todos!!!

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